Superficie: 30.221.000 km².
Población: 1.020.201.229 habitantes
Etnias: Bantu, Niloti.
Religiones: 45% musulmana, 40% cristiana, 15% religiones tradicionales.
Tasa de mortalidad infantil: en África subsahariana, 98 muertes por cada 1000 nacimientos.
Esperanza de vida: 52 Hombres, 55 mujeres (Italia 76 Hombres, 82 Mujeres).
Alfabetización: 16%.
Población bajo la línea de pobreza: En África subsahariana 51,2%.
Existe un alto nivel de pobreza en gran parte de África. La mayoría de los países del continente africano si sitúan en los últimos puestos de las principales clasificaciones sobre riqueza nacional, como las que se basan en la renta per cápita o el PIB, a pesar de que cuentan con enormes fuentes de riqueza natural. Los últimos 25 puestos de la clasificación sobre la calidad de vida de las Naciones Unidas (ONU), los ocupan países africanos. 34 de los 50 países considerados como menos desarrollados del mundo según la clasificación de la ONU de 2006, son países africanos.
EN muchos países africanos, la renta per cápita se encuentra por debajo de los 200 dólares anuales. A pesar de que la situación ha mejorado en los últimos anos, el nivel se desarrolla mucho más lentamente que en otras zonas geográficas del planeta. La diferencia entre el nivel medio adquirido por un europeo y el nivel medio adquirido por un africano, ha aumentado notablemente en los últimos anos. Si en el año 1820, un europeo ganaba 3 veces más que un africano, en la actualidad, la diferencia es de 20 a 1.
África es uno de los continentes más afectados por conflictos armados, ya sea por guerras civiles (como el actual conflicto de Darfur o el de la Republica Democrática del Congo), o conflictos transfronterizos. Existe además un número muy elevado de personas refugiadas. En el caso de África, la migración como refugiado se produce muy a menudo a los países que hacen frontera, debido a las dificultades que encuentran para refugiarse en otros lugares como Europa. Esta situación produce aún más conflictos. Ejemplos de ello son los enfrentamientos que tuvieron lugar en Sudáfrica en 2008 con los refugiados de Zimbawe. Para los países africanos, que ya de por si tienen dificultades para gestionar los problemas de la población local, el asilo a refugiados representa a menudo un problema de difícil solución a nivel económico, logístico, sanitario, etc.
Los conflictos tienen además consecuencias devastadoras para la economía del país y a menudo de los países fronterizos que dependen en gran medida del comercio trasfronterizo.
EL bajo nivel de vida de la mayoría de los países africanos supone un acceso limitado a bienes de primera necesidad. Otras de las graves consecuencias de la pobreza son el alto nivel de mortandad infantil y los bajos niveles de esperanza de vida y de alfabetización, así como las redes de telecomunicaciones y tecnología, en general bastante precarios en comparación con otras zonas del mundo.
A causa de factores como el alto nivel de corrupción o las consecuencias del colonialismo, en África se observa a menudo una total falta de correspondencia entre la riqueza natural de muchos países y el nivel de vida de sus habitantes, así como una diferencia abismal entre una pequeñísima minoría privilegiada y el alto nivel de pobreza de sus habitantes. Por ejemplo, Angola se beneficia de un alto flujo económico proveniente de la explotación minera de diamantes, que sin embargo no recae positivamente en la calidad de vida de la mayoría de los angoleños.
Los bajos niveles de alfabetización y la baja escolarización primaria e universitaria, agravan la falta de profesionales cualificados en sectores tan esenciales como las tecnologías y la educación, que perpetúan la situación de dependencia cultural de Europa. Los pocos africanos que consiguen obtener buenos resultados a nivel educativo, se ven obligados a salir de sus países de origen para poder asistir a universidades más prestigiosas o para encontrar trabajo, por lo que sus resultados no se revierten en sus propios países.
La fragilidad del sistema económico de muchos países africanos produce a menudo situaciones de hiperinflación. Uno de los casos más acuciantes es el de Zimbabue, aunque ocurre en muchos países.
Existe además un alto nivel de desocupación, si bien hay que señalar que faltan muchos datos precisos que lo corroboren. A pesar de ello, el problema se muestra evidente en las vastas áreas de chabolas situadas alrededor de las ciudades principales, en las que viven, principalmente personas sin empleo o con baja ocupación.
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